Durante el concilio de Nicea que tuvo lugar en el año 325 de nuestra era, se produjo una escisión entre la Iglesia de Roma y los cristianos que no quisieron seguir los dictamenes del Papa. Así surgieron otras Iglesias Cristianas, entre ellas la de los Coptos de África que tenían su sede en Alejandría (Egipto). También en esta ciudad surgió el cristianismo arriano, al que más tarde se convertirían muchos lusitanos. Según el historiador luso-alemán Rainer Daehnhardt, el culto de los arrianos y de los coptos se basaba en antiguos ritos dedicados a la diosa Isis, con influencia posterior hebraica e islámica. Cuando los cruzados y los peregrinos llegaron a Tierra Santa en el siglo XI se enteraron de que el Santo Sepulcro estaba custodiado por sacerdotes Coptos. Es posible que en la actualidad exista en los monasterios Coptos del Cuerno de África, algunos ubicados en lugares inaccesibles, un gran número de manuscritos que recogen aspectos desconocidos de la vida de Jesús.
Somos una Orden de Caballería Espiritual, independiente de cualquier otra orden o sociedad con las que podemos, sin embargo, mantener relaciones fraternas. Nuestro principal objetivo es; sacar a hombres y mujeres de la ignorancia del mundo profano, a través del estudio y aplicación práctica de un conocimiento que se remonta al cristianismo primitivo.
lunes, 30 de noviembre de 2009
sábado, 28 de noviembre de 2009
TORTURADOS Y... ABSUELTOS
Los Templarios de Miravet, igual que todos los del reino Aragonés, fueron sometidos a varios procesos, pero jamás confesaron sus presuntos crimenes. Ni herejía, ni sodomía, ni blasfemia; los caballeros del Temple mantuvieron con firmeza su inocencia. El hecho de que no se empleara la tortura con ellos, prohibida en el reino de Aragón, influyó sin duda en su falta de colaboración. Por eso, en marzo de 1311, el Papa ordenó al arzobispo de Tarragona que torturasen a los prisioneros para que confesaran. Sin embargo, el tormento que tan buenos resultados había dado en Francia, fracasó en esta ocasión, pues los ocho templarios torturados en Barcelona mantuvieron su inocencia. finalmente un concilio local que se desarrollo en la Iglesia de Tarragona el 4 de noviembre de 1312 declaró inocentes a los Templarios, "a pesar de ser sometidos a torturas para confesar sus crimenes".
Es un hecho interesante a destacar que; pese a lo que sucedía con nuestros hermanos en tierras francesas, en otros lugares, pese a las mismas reprimendas ordenadas por la iglesia, la suerte de nuestros hermanos no fue la misma.
En la catedral de Tarragona se encuentran diversos vestigios de las andanzas templarias por estos lares. Basta fijarse en los capiteles, columnas y murallas, para descubrir un mundo de simbolos y marcas que nuestros hermanos dejaron para la posteridad. Desde cruces patadas, escuadra y compás, hasta la "advertencia" que se ve en el frontis de la catedral. Precisamente, esta no invita a pasar, sino mas bien dice; ¡detente! este no es un lugar cualquiera.
Os invito a que si teneis la oportunidad, de visitar Tarragona, paseis a dar una ojeda a tan interesantes lugares.

Torre de los Templarios, Tarragona
Frontis de la catedral de Tarragona
Marcas de "Canteros" en las murallas
jueves, 26 de noviembre de 2009
¿DE DONDE ERA EL PRIMER MAESTRE DEL TEMPLE?

La leyenda de que el fundador del Temple Hugo de Payns (1118-1136) nació en el pre-pirineo catalán tiene sus origenes en unos documentos del año 1622, aunque algunos autores los datan a principios del s. XVIII cuando se encontró en la Biblioteca Nacional el manuscrito 7377, titulado Declaración de la inscripción griega de la cruz de la iglesia de Sant Esteve de Bagà, cabeza de la baronía de Pinós, quien de la armada que tomó Tierra Santa, año 1100, obra de Esteban de Corbera dedicada al Conde de Guimerà.
Según se apunta en las páginas 81-91, el verdadero fundador de la Orden del Temple fue un caballero llamado Hug de Pinós, miembro de una familia de nobles catalana más influyentes del Pirineo catalán desde el s. XI. Si bien es cierto que existe muy escasa documentación que avale esta hipótesis, también lo es que existen significativas relaciones entre esta familia y los templarios.
.
LOS PINÓS Y LA CRUZ BIZANTINA
Los Pinós no tenían sus raices en Bagà (Barcelona), como algunos investigadores han asegurado erroneamente, sino que su origen se remonta al matrimonio celebrado a mediados del s. XI entre un tal Pinós Riculfo, posiblemente un guerrero y una mujer de nombre Adelaida.
De dicha unión nacieron al menos dos hijos, Bernat de Pinós (1063) y Mir de Pinós (1068) que fueron propietarios de una torre solariega y una masía fortificada similar a un castillo, de la que aún quedan restos en Torre Ginabret, situada en el actual municipio de Santa María de Merlés (Barcelona).
Sobre las primeras andanzas de esta familia se sabe poco, pues los archivos fueron expoliados o destruidos a lo largo de los siglos. Parece ser que un miembro (quizá dos) de dicha dinastía de nombre Hug, viajó a tierra santa durante la I Cruzada acompañando a nobles de los condados de la Cerdanya y el Rosselló y de allí se trajo una extraña y milagrosa cruz patriarcal Bizantina, posiblemente del s. X, aunque Joaquin Folch i Torres la data en los primeros años del s. XII, lo que parece refrendar el lingüista Nicolau Olwer, quien tradujo las inscripciones grabadas en ella.
La cruz , fabricada en madera repujada en plata, es única en Catalunya por su forma y se creía que guardaba en su interior un trozo del sagrado Lignum Crucis. La pieza, tal vez procedente de Jerusalén, no se guardó en un principio en la iglesia de Sant Esteve de Bagà (Barcelona) como se ha dicho, puesto que se trata de un edificio gótico del s. XIV, sino que se conservó en un templo mas antiguo, de origen pre-románico, ergido a finales del s. IX.
Se da la circunstancia de que el pueblo de Bagà, como es conocido actualmente, fue fundado por Galcerán IV y su esposa Esclaramundis hacia el año 1233, y era hasta ese entonces un lugar muy poco habitado, aunque conocido como mínimo desde el año 949 como Bagada y perteneciente al poderoso monasterio de Sant Llorenç.
.
UNA ESTRECHA RELACIÓN
Nadie puede negar las directas relaciones que la familia Pinós mantuvo desde un principio con el Temple, mucho más intensa que otros nobles linajes catalanes e incluso franceses. Hemos de pensar que aquella zona pre-pirenaica fue una de las últimas en ser catolizada en Catalunya. Las primeras huellas de la religión en aquel territorio son de finales del s. VI y se han hallado precisamente en la pequeña iglesia funeraria de Sorba. Y hasta muy entrada en la edad media las corrientes más heterodoxas y heréticas, tuvieron una fuerte implantación en la zona, incluidos los cátaros y los adopcionistas.
Las exelentes relaciones entre los Pinós y los caballeros templarios quedan bien patentes en la cesión que Galcerán de Pinós les hizo en 1170, o quizá antes, de la estratégica montaña de La Palomera. este mismo personaje estuvo presente en la reunión que mantuvieron en Girona el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV y los templarios el 27 de noviembre de 1143 con el objetivo de concederles privilegios en todos sus territorios. Más aún, los templarios vieron aumentar su poder y su riqueza en las tierras de los Pinós con los terrenos que recibieron en las cercanas Saldes y Tuxent, situadas a los pies del mágico y sagrado monte del Pedraforca y en Sant Llorenç de Morunys. Muy cerca, en Cambrils del Solsonès, se levantó un estatégico castillo de la Orden y más tarde se les obsequió con la iglesia de Sant Vicens, ubicada en Lleida.
Aunque posiblemente estemos ante una leyenda localista, lo cierto es que existen algunas "casualidades" que nos inducen a pensar en una conexión entre los Pinós y los primeros tiempos de la Orden. La ausencia de documentación al respecto en los archivos de Bagà y de las localidades cercanas y el chauvinismo galo seguirán apoyando la tesis de que el fundador de los misteriosos caballeros del Temple fue un francés. Pero siempre quedará la duda de que papel jugó realmente un caballero pirenaico de nombre muy similar al del fundador oficial: Hugo de Payns.
Y aunque puede tratarse de otra casualidad, con la caída de la Orden templaria, los Pinós, en un intento de reasegurar su poder, se unificaron con los Mataplana y los Portella, formando la familia Pinós de Bagà. desde ese momento, inmensos territorios de Bagà, Balsareny, Gaia y Vallmany pasaron a ser propiedad de la influyente dinastía.
.
Por Miguel G. Aracil
Suscribirse a:
Entradas (Atom)