jueves, 26 de abril de 2012

EXPLORANDO EL ZOHAR


Todos nuestros órganos de percepción trabajan bajo el principio del descubrimiento de lo contrario, traduciendo a negativo todo lo que perciben. Por eso, aquello que nos parece externo, en realidad lo vemos dentro. Percibimos una imagen inversa y sólo después le damos la vuelta en nuestro cerebro. ¡No tenemos otra posibilidad de percibir el mundo, porque somos las creaciones! ¡Sólo podemos descubrir algo a base de falta, es decir, la imperfección en nosotros! Entonces, esta falta pasará a
ser llamada luz.

Por eso, lo espiritual se nos presenta como oscuro y repelente; no estamos de acuerdo con ello y no lo deseamos. No nos parece inteligente eso de dar y amar al prójimo. El Zohar nos habla de las cualidades del Creador, pero ¿cómo saber cuáles son? Si sabemos solamente recibir, ¿cómo podemos sentir qué es el otorgamiento? Es el mundo escondido de nosotros, la realidad que no sentimos.

El Zohar nos explica cómo empezar a sentir, poco a poco, lo que por ahora esta fuera de nuestra percepción y no se percibe ni con el corazón, ni con la mente. No puedo expresarlo con palabras, porque éstas tratan sobre percepciones y entendimientos. Y si detrás de ellas no hay ninguna sensación, las palabras vuelan y no las escucho. Pero si el hombre lo desea, la luz empieza a trabajar poco a poco dentro de él. Y después, como se ha dicho: “¡Se afanó y encontró!”

Si estoy leyendo junto con los otros y tengo la esperanza que esto me ayudará, entonces sucederá la revelación. ¡El mundo espiritual se encuentra aquí, delante de nosotros, pero no lo podemos percibir ni con el corazón, ni con la mente! Cuando empezamos a sentir, poco a poco, que éste se encuentra en alguna parte, muy cerca, pero que no podemos percibirlo… esto ya es un gran logro. Sigue leyendo con esta sensación de falta y el Zohar te dirá más…

Rav M. Laitman, Cabalista.


Descargar el Zohar:

http://www.kabbalah.info/es/el-libro-del-zohar/descargar-el-zohar

jueves, 5 de abril de 2012

MEDITACIONES EN LOS 72 NOMBRES DE DIOS


La Kabbalah enseña que todo ser humano comparte el mismo propósito máximo en la vida que es recibir la felicidad y plenitud total que Dios desea para nosotros. Pero mientras que esto es fácil de decir, la realidad es que se necesita un verdadero trabajo espiritual para eliminar tendencias negativas que nos separan de los regalos de la vida.
Una de las enseñanzas más importantes de la Kabbalah es que no estamos solos en esta tarea de la vida. Hay herramientas poderosas que nos pueden ayudar, incluyendo la misma Biblia. La Kabbalah nos dice que la Biblia no es ni un tema para discusión académica, ni un libro de mandamientos y prohibiciones que deben de ser tomados literalmente. Más bien, la Biblia es un documento codificado en el cual los verdaderos secretos del universo se encuentran escondidos, incluyendo la increíble tecnología espiritual conocida como los 72 Nombres de Dios.

¿Qué son exactamente los 72 Nombres? De acuerdo a las enseñanzas kabbalistas, las 72 combinaciones únicas de las letras Hebreas del Capítulo 14 del libro del Éxodo crean una vibración espiritual que sirve como antídoto poderoso en contra de la energía negativa del ego humano y actúan como índice a unas frecuencias específicas espirituales. Simplemente mirando las letras, así como cerrando tus ojos y visualizándolas, puedes conectarte con esas frecuencias. Esta revelación es un paso hacia delante crucial en el trabajo de los Eruditos kabbalistas a través de miles de años.
Cada generación nueva de justos ha avanzado en su tarea de decodificar la Biblia, cada uno basándose en el trabajo del que vino antes, cada uno contribuyendo a la sabiduría kabbalística. El propósito y compromiso del Centro de Kabbalah es de continuar este trabajo. El erudito de Kabbalah Yehudá Berg dedicó cinco años a la investigación y descubrimiento de los significados ocultos de las letras de las que constan los 72 Nombres. Su revelación ha sido un gran avance en la larga historia de la Kabbalah.
La clave para conectar con el poder de los Nombres se encuentra en los pasajes bíblicos específicos en los cuales fueron descubiertos. Como describe la Biblia, 600,000 Israelitas se encontraban parados a las orillas del Mar Rojo. El faraón y el ejército Egipcio estaban persiguiéndolos. Con el agua al frente y los enemigos detrás, no parecía haber ningún lugar a donde podían ir los Israelitas. Lo único que podían hacer era pedir desesperadamente salvación a Dios. Y ¿cuál fue la respuesta del Creador a sus lamentos? Este es uno de los pasajes más estudiados y debatidos por los eruditos en la Biblia. La respuesta de Dios fue: "¿Por qué me lo piden a mi?" ¿Pero a quién mas podían llamar los Israelitas si no a Dios? Los kabbalistas explican que este pasaje contiene un mensaje codificado explicando los secretos de la naturaleza humana y la forma de superar los retos que nos encaran a lo largo de nuestra vida.
En su comentario de este pasaje, el Zóhar, la fuente de toda sabiduría kabbalista, explica que en verdad no había necesidad de ayuda del Creador, porque en ese momento Moisés reveló los 72 Nombres, y la conciencia colectiva de la gente se elevó. Pero ni una sola molécula de agua se movió hasta que la gente misma se acercó físicamente hacia el mar con certeza absoluta. Solo cuando el agua les llegó al cuello, todavía manteniendo certeza absoluta que el agua se partiría, fue que se abrió el mar despejándoles el camino a su libertad.
Como el Zóhar aclara, el propósito de los 72 nombres está escondido en la historia donde fueron encontrados. Los nombres son una herramienta para ayudar a la humanidad a tener control sobre el caos al controlar nuestra naturaleza física; el único obstáculo es nuestro ego. Solo al superar nuestro ego desde sus propias fundaciones nos trae control sobre el mundo físico, y ese es el propósito de los INSTRUMENTOS QUE SON LOS 72 NOMBRES.
El Zóhar va más allá y explica que, a pesar de lo que podríamos llegar a pensar, nuestro ego no es en verdad quiénes somos. Más bien, los kabbalistas describen al ego como una vestimenta, una cortina que esconde la Luz de nuestra verdadera naturaleza. Nuestro propósito en este mundo es eliminar esta vestimenta que esconde nuestra verdadera esencia y potencial.

Por Berg Yehuda